jueves, enero 1

domingo en jueves

A ver. Ayer fue 31 de diciembre y, como desde hace tres años, nos encontramos con Nahuel y Poli que ahora son papás y entonces también estaba Mora, que tiene nueve días y hace muecas cuando duerme. Es linda y me encanta. La gata no cuenta, ni la vi.
Comimos una picada escueta y luego unos arrollados de atún que, de haber sabido que se tratarían del plato principal de la víspera de año nuevo, no los hubiera preparado con productos de tercera marca. Entonces celebramos. No vimos los fuegos artificiales de Lugano I y II. No me importó no estar completamente del culo. Hacía frío, no tiramos bombuchas y la bebé estaba vestida con el enterito blanco de plumetí que le regalé. Adoro a Nahuel y Poli y Mora. Adoro a Emiliano.
Luego de evadir unos ladrones, me encontré con Magdalena y juntas, con Lautaro y su mejor amigo. Fuimos a una fiesta en una casa de dos terrazas llena de rugbiers y también chicos flacos borrachos de Belgrano. Llegamos hasta la puerta, criticamos y nos fuimos.
Cuando me acosté era de día. Habíamos conversado de casos de epilepsia, cicatrices, de Mc Donald's.
Hoy no llueve pero está nublado. Cuando siento el goteo de la lluvia miro hacia afuera pero lo único que cae es un turista tras otro y la chica que atiende no habla inglés pero cree que gritando lentamente las palabras en castellano le van a entender. Funciona.
Emiliano no me llama, debe estar muerto o enfermo todavía. Estoy sola y contenta. Gracia divina, me llamó, sigue enfermo, me voy a Lanús. Miren, estoy escribiendo aunque me salga mal. gñhllklgop.

insoportable

No puedo pensar en otra cosa más que en su cuerpo pudriéndose a dos metros bajo tierra. En el ruido de los cascotes cayendo sobre la tapa de su hermoso ataúd negro. En ella, que ya no era más ella, no escuchando ese estruendo. En el sol insoportable que me puso rojos los hombros en cinco minutos. En el calor insoportable y en cómo eso acelera todo, nuestra partida gacha, por ejemplo, el llanto de otras viejas.
"Lo siento mucho". Yo también.
También pienso en cosas menos horribles pero que igual son tristes.

Me dan ganas de que se mueran todos cuando se ponen contentos por algo.

Por estas cosas la gente puede llegar a dejar de interactuar y se vuelve loca y se muere sola.

Ok y entonces pienso en cosas lindas, en la eternidad de las almas buenas y en mi abuela viéndome desde una nubecita tocando la guitarra y andando en rollers.